Siempre que nos ibamos de vacaciones eran "a la bartola", todo el día tirados en la playa, sin hacer nada, el año pasado ya nos dimos cuenta que necesitabamos algo más, así que todas las mañanas ibamos a correr pero eso no era suficiente, por lo que este año... Vacaciones encantadas!!! Cuando Juan me preguntó: "¿Dónde vamos este año? "Yo: "Montaña", pregunta-respuesta. Y empezamos a barajar lugares, pronto lo teníamos claro: Pirineo aragonés, Valle de Ordesa. Así comienza mi primera semana y no última, pues he venido encantada y con ganas de más...jejeje.( Ya me dijo Sina que me llevara cuidado que ésto enganchaba y que si era un poco loca, que empezara a temblar. Bueno, loca no era pero ahora...un poquito sí!).
Bueno, pues empezamos a organizar todo el viaje y ya con todo listo, llega el día D. El domingo día 2 de agosto nos vamos a Valencia, donde hicimos una parada para dormir. Nos levantamos prontito y después de desayunar nos vamos rumbo a nuestra pequeña aventurilla. El viaje no se nos hizo muy largo, a pesar de que teníamos unas ganas locas de encontrarnos con esas montañas. Y a mediodía llegamos a Sarvisé donde nos esperaba María para llevarnos a nuestra casita de esa semana que estaba sitada en Buesa ( un pequeño pueblo de unos 30 habitantes, donde sólo se encontraba un restaurante). El único inconveniente fue que estaban arreglando la carretera y teníamos que ir por un camino por el que se tardaba bastante más para llegar al pueblo más cercano pero bueno nada importante. Descargamos el coche y revisamos la casita, y rumbo a llenar el estómago en el restaurante. Después de pegarnos la panzá de comer, decidimos irnos de visita turística por Broto y Aínsa (donde realizamos las primeras compras), regresemos al pueblo cenamos y enseguida a la cama, que al día siguiente teníamos que estar frescos.
El martes nos sonó el despertador a las 7.30, nos vestimos y desayunamos. Preparamos las bicis y nos ponemos a pedalear. 
Tras una larga subida, donde yo tuve que poner el pie varias veces coronamos y empezamos a hacer paradas en los mirados. Desde ellos vemos todo el Valle de Ordesa y parte de la ruta del día siguiente. Comemos, descansamos un poco y nos ponemos a bajar hasta Torla. Allí nos informamos de los autobuses para coger el día siguiente. Nos vamos a Buesa y nos arreglamos para ir a visitar el pueblo de Torla y Broto.
El miércoles nos tocó diana a las 5.15, desayunamos y cogemos nuestras mochilitas y rumbo a Torla para coger el autobús que nos dejaría en Ordesa, para empezar a hacer una rutica. Hacía mucho tiempo que no veía amanecer! Alrededor de las 7.30 salimos de la pradera de Ordesa camino del Refugio de Góriz. Tras travesar bosques de abetos, hayas y pinos empezamos a divisar algunas cascadas, donde hacemos alguna parada para tomar fotos. Seguimos por el Circo de Soaso, por donde empezamos a ver las cumbres de Monte Perdido, Cilindro y Sound de Ramond, y al final, nos encontramos con la famosa Cola de Caballo. Allí tomamos unas barritas y empezamos una subida hasta llegar al Refugio.
Allí comemos y descansamos, y de nuevo para la pradera, pero esta vez por la Senda de los Cazadores. Una senda preciosa donde la parte final tiene un fuerte desnivel.
Allí comemos y descansamos, y de nuevo para la pradera, pero esta vez por la Senda de los Cazadores. Una senda preciosa donde la parte final tiene un fuerte desnivel.El jueves, tras la paliza del día anterior, decidimos tomarlo como libre, y hacemos turismo: visita a Panticosa, Formigal, Sallent de Gallego y Biescas.
El viernes, de nuevo, nos sonó el despertador a las 7.15, desayunamos, preparamos todo y nos ponemos rumbo a Chisagüés, desde allí subimos al Pico de Liena. Una pena después de tanta subida no poder saborear la cima. Nada más llegar empiezan a caer unas gotas, así que chubasquero y para el coche.
El sábado tocó el despertador a las 6.15 desayunamos y nos vamos a Bujaruelo. Desde allí salimos cruzando el río Ara y empieza la subida hasta llegar al Puerto de Bujaruelo (1920m) y que curiosidad, empezamos a ver una multitud de gente, la mayoría franceses. Ya que hay muy buena comunicación con los franceses y tienen una carretera que les llega casi a la cima. Bueno, seguimos ascendiendo y pasamos pequeños glaciares. Después de llevar un buen rato andando, yo me quedo plantada ante una cascada que es provocada por el deshielo del Glaciar de Taillón. Observo que hay cadenas...Juan sube...hace revisión...pero yo me encuentro impotente...no sé...agobiada...me falta aire...yo no puedo pasar...ufff! al final, me tranquilizo y decido que tenemos que seguir, así que...cruzamos la cascada (que tampoco tenía tanta dificultad!)y seguimos subiendo.
Este momento es indescriptible para mí! que emoción...ante nosotros tenemos el Refugio de Sarradets y la Cascada de Gavarnié (cascada más alta de Francia, con una caída de 422m), y la Brecha de Rolando, que no es ni más ni menos que la frontera natural de Francia-España. Nuestra intención era llegar allí pero debido a las condiciones meteorológicas decidimos dar la vuelta y regresar al coche. De vuelta empezó la tormento que nos ha acompañado en gran parte de este viaje. Con esta ruta acaba esta aventura y empiezan otras...
